Mujeres de Xalapa y Tlalnelhuayocan registran la primera cooperativa con visión metropolitana.
Xalapa, Ver.- Manos que siembran y cosechan; manos que acarician, crían y aman; manos jóvenes, pero también marcadas por los años y la vida; manos que sirven platillos que saben a hogar y a familia. Manos guerreras de Xalapa y Tlalnelhuayocan que con todas sus fuerzas, desde hace casi nueve años, sostienen y nunca soltaron los sueños que hoy se vuelven realidad, eso y mucho más son ellas, las mujeres, que integran la cooperativa Manos Mágicas, un ejemplo de cómo reactivar la economía metropolitana con sororidad.
Son 16 mujeres, hijas, madres y abuelas, quienes juntas, han constituido la cooperativa más numerosa que se ha conformado con el apoyo del Ayuntamiento de Xalapa hasta ahora.
Su grupo original, iniciado hace más de ocho años, lo integraban más de 40. El objetivo fue conformar una red de apoyo que permitiera a las madres producir en casa para poder criar a sus hijas e hijos.
Ahora tienen sus milpas, ya sea en los patios de sus casas o en alguna parcela; siembran frijol, calabaza, chile, chayotes, ejotes y todo tipo de hierbas aromáticas, pero su producto principal, por supuesto, es el maíz. Casi toda la producción termina en subproductos como tortillas, principalmente, gorditas, tlacoyos o tamales que son vendidos en Xalapa, afuera de mercados o casa por casa.
OCHO AÑOS DESPUÉS…
La señora Petra García Cabrera tiene una cocina de leña en el patio de su casa. Ahí realiza parte de la producción de la cooperativa. La luz de la tarde se cuela por las tablas de madera e ilumina sus manos que palmean una tortilla, un maíz que viene de su parcela, que ella secó, nixtamalizó y molió en el metate. Como todas sus compañeras.
Tiene 64 años, en enero murió su esposo, de 84, se casó muy joven, a los 17, y se integró al grupo por su hija, “siempre he estado acostumbrada a ganar mi dinero. Desde los 25 años soy partera, inyecto, y con este trabajo crié a mis hijas. Pero cuando tengo calabacitas o frijol me voy a vender”.
Cuelgan de las paredes y muebles mazorcas con granos de distintos tonos de morado, negro, café, amarillo, blanco y azul; el metate, cerca del enorme fogón donde echan las tortillas sobre un gran comal de barro.
En la misma cocina, pero en otra mesa, se escucha el golpeteo constante de las manos de doña Ofelia Fernández.
“Yo trabajo limpiando casas en Xalapa, y a veces vendo tortillas, gorditas y tlacoyos, casa por casa. El proyecto tardó mucho en tomar forma, las compañeras se iban poco a poco, y la verdad me desanimé, si no fuera por la compañera Marce, quien siempre nos animó a seguir, aquí estamos”.
Marcelina Hernández García, Marce, luchó contra viento y marea para que este grupo no se disolviera, todas sus compañeras lo reconocen.
“Y éramos más, como 50, las que llegaron a la convocatoria, al cabo de tres años ya eran 25 y finalmente quedamos 16. Nos apoyamos y asistimos a la Feria de la Milpa”.
Justo en esta feria, donde se celebra a las mujeres que siembran y cocinan, en la comunidad de Rancho Viejo, que hace frontera con Xalapa, fue donde conocieron al presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero. “Esa vez ganamos el segundo lugar con una sopa campesina”, recuerda.
Es uno de los platillos que preparan y llevan a esa feria donde se juntan productoras y productores agrícolas, así como cocineras de Xalapa y la región. Preparan huitlacoche, quintoniles, guías de erizo, alverjón, pasta de chícharo, empanadas de flor de calabaza, antojitos, tamales, atoles, y la chilmasa. “La gente de Xalapa no la conoce”, es una pasta de pepita de calabaza tostada con chileseco o chile de cera, al metate, con sal, “y en una tortilla recién hecha o en unos chocos, ¡uf!”.
FAMILIA Y SORORIDAD
La señora Ofelia no conocía el término sororidad, pero lo practica diariamente en la cooperativa Manos Mágicas. “No lo había escuchado pero sí, aquí todas nos apoyamos, somos un equipo. Además, si esto va como va, hasta pienso dejar mi trabajo en las casas y dedicarme completamente a esto”.
Estas mujeres no sólo trabajan juntas, sino que consiguen que sus esposos se integren, que cambien su forma de pensar, y hagan parte del trabajo. “Mi esposo, cuando me toca hacer tortillas, se va al molino, ¡y luego hasta se pone a hacer tortillas conmigo!”
Afirma que son mujeres de campo, y que no creían que hubiera este tipo de ayuda para ellas. “Hoy me siento más fuerte, y hasta mis hijos me dicen, ¡ya hasta eres famosa! Antes era más penosa”.
Son un grupo muy solidario, dice doña Julia García Díaz, su hermana tiene un puesto comercial cerca de Plaza Crystal, donde vende gorditas, tlacoyos y tamales.
“Empezamos de madrugada, salimos a las diez de la mañana para Xalapa a vender en el centro, y si bien nos va, estamos de vuelta a las seis de la tarde… y a veces no vendemos todo. Pero lo ideal es que terminando la producción podamos quedarnos a desayunar con nuestros hijos”.
Su esposo, como los de sus compañeras, fueron aceptando a sus parejas como mujeres trabajadoras que no sólo criaban, sino que eran parte del sustento económico de la familia, “por ejemplo ahora que fue la Feria del Tamal en Xalapa me ayudó muchísimo”.
Recuerda cómo ese domingo, “que es para atenderlos a él y a los niños, fue al revés. Ahora él tuvo que atenderlos, darles de comer, cuidarlos, porque ese día me fui a las siete y volví a las nueve de la noche. Como hombres, ahora hacen cosas a las que no estaban acostumbrados”.
Más que el dinero, “más que el empoderamiento, esto que estamos viviendo, este proyecto, une a las familias, une a las comunidades, porque hago equipo con mis esposo, nos repartimos el trabajo e incluso los niños hacen su parte. ¿Sabe? Me siento realizada, como madre, como familia, como mujer. Queremos crecer, queremos triunfar”.
Doña Marce coincide. Cuando inició la capacitación con personal de la Subdirección de Economía Solidaria del Ayuntamiento de Xalapa, que duró un año, “los maridos decían ya te vas otra vez a tu junta, ¿y de veras vas allá… y qué vas a hacer?, pero al final los compañeros comprendieron, y ahora nos apoyan”.
La sororidad es parte de sus días, “tenemos claro que como mujeres nos tenemos que apoyar. Y si logramos algo bueno, será para todos, y si avanzamos como cooperativa buscaremos a más compañeras, porque de eso se trata, que nos superemos. Sentimos un gran orgullo por nuestro trabajo, por nuestras tortillas con maíz de la región”.
Marce tienen cuatro hijos que están muy orgullosos de su madre. Son cuatro, uno de 23, ingeniero eléctrico; otro recién ingresado a la carrera de Medicina, otro en preparatoria y uno más en la secundaria.
“Nos dicen que debemos sentirnos orgullosas, porque no nos hemos dejado caer. No es fácil, aprendimos a escucharnos y a saber dialogar, y mis hijos lo ven, y lo platicamos”.
COOPERATIVISMO CON VISIÓN METROPOLITANA
El Ayuntamiento creó, durante esta administración, la Subdirección de Innovación y Economía solidaria e impulsó el Programa de Fomento al Cooperativismo: hoy, Xalapa es un municipio pionero y referente nacional en otros sistemas de producción, con más de 80 cooperativas registradas en la ciudad y congregaciones.
“Grupos de costureras, ceramistas, personas que trabajan en la industria de la construcción, en el sector agrícola, producción multimedia, apícolas, de reparación de muebles; casi 700 personas han recibido orientación, capacitación y expedición de trámites municipales, y hoy se insertan en el mercado laboral desde una visión solidaria”, señala el subdirector de Innovación y Economía Solidaria, Carlos Cardoso Martínez.
Comenta que el espíritu del cooperativismo está en la primera cooperativa que concluyó su capacitación y se registró: Manos a la Obra Xalapa, un grupo de personas dedicadas a distintos oficios, que estaban desempleadas y que unieron fuerzas para ofrecer un catálogo amplio de servicios.
“Y hoy por hoy trabajan con varias instancias en la rehabilitación de espacios urbanos, porque tiene la capacidad de emitir comprobantes fiscales. Incluso ingresaron al Padrón de Proveedores del Ayuntamiento, porque tienen todo en regla”.
Ahora, añade, Xalapa entra en un contexto metropolitano, como un centro de la actividad social y comercial de la región, donde históricamente, productores de Coatepec, Naolinco, Emiliano Zapata, Tlalnelhuayocan, Banderilla, Xico, Teocelo o Jilotepec, acuden a la capital para vender sus productos y ofrecer sus servicios.
“Por ello es importante impulsar la economía social y solidaria, ya que Xalapa es un eje articulador de la actividad comercial, así que hay que apoyar a los emprendimientos que tengan como centro a la persona, familia y comunidad, y no sólo las ganancias a costa de quien sea y de lo que sea”.
MANOS MÁGICAS LLENAS DE FUTURO
Poco a poco llegan a la zapatería que también es papelería y tienda, en la colonia Unepri. Una a una se bajan de taxis con ollas y recipientes. Se les ve apuradas, contentas, pero también algo nerviosas. Es el gran día: la firma del Acta Constitutiva de la sociedad cooperativa Manos Mágicas.
“Es un sacrificio muy grande el que hicimos para estar aquí, para tomar todas nuestras capacitaciones, pero lo logramos. Estamos muy agradecidas con el Presidente Municipal Hipólito, a quien conocimos en la Feria de la Milpa, porque por fin hicimos realidad este sueño. Hubo un día en que nacimos, hace ocho años”, dice doña Alejandra Suárez.
El subdirector de Innovación y Economía Solidaria les dijo que son uno de los grupos más comprometidos que han tenido dentro de los cursos de cooperativismo.
“Es admirable que en esta coyuntura social, concreten este sueño que impulsa la economía local desde una perspectiva metropolitana”.
Xalapa concentra parte de la actividad comercial y empresarial de la región, un punto de encuentro entre sus diversos productos y servicios. “Nos llena de orgullo que un grupo de mujeres como ustedes, que son la viva muestra de que si se quiere, se puede, ahora cuenten con un patrimonio y un motor de desarrollo para una economía local y solidaria”.
El jefe del Departamento de Cooperativismo, Christian Hernández, afirma que el Ayuntamiento de Xalapa sólo las acompañó en capacitación, trámites y la expedición del documento legal, pero el trabajo diario, arduo, la tenacidad y el no rendirse, “es logro de ustedes, y sólo de ustedes. Mujeres que quieren salir adelante, sin importar sus circunstancias ni las adversidades. Hoy deben sentirse orgullosas, porque son ejemplo para todas y todos”.
Hoy, estas mujeres unen los municipios de Xalapa y Tlalnelhuayocan, unen sueños y trabajo, y en el corto plazo, ya como cooperativa, comenzarán a proveer tortillas al Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Xalapa, que integrará el producto al Programa de Desayunos Escolares.
En una sencilla pero emotiva celebración, final de un ciclo e inicio de uno nuevo y prometedor, concluye con una muestra gastronómica de los platillos y productos que elaboran las integrantes de Manos Mágicas. Hay todo tipo de tamales: de elote, dulces, chocos con chilmasa, de flor y de frijol gordo; empanadas al comal, de huitlacoche o flor de calabaza; pinole recién molido y hasta atole de masa.
Estas mujeres que prepararon este festín con sus manos mágicas, estas mujeres que no saben rendirse, ríen, platican, invitan y que se sienten satisfechas, ya planean establecer puntos de venta de sus productos para seguir participando y fortaleciendo la economía metropolitana, desde lo local, con sororidad, y en familia.