Por: Manuel Madrid
Hoy se dieron a conocer las cifras más terribles de la pandemia hasta el momento: 49 mil 343 casos en todo México y 301 mil 780 fallecimientos.
El dato por sí mismo es lamentable, porque el Covid 18 ha dejado muchos hogares enlutados, muchas familias que aún lloran la pérdida de un ser querido.
A pesar de los números, también es cierto que gracias a las vacunas va a la alza el grueso de gente que ha logrado superar la crisis, con medicamento y autocuidados.
Sin embargo, en la sociedad aún se respira un ambiente de impotencia y frustración por la simpleza con que el gobierno ve la situación.
Es cierto que hay vacunas, gratuitas por cierto, pero no las suficientes que la gente necesita.
En los medios de comunicación se puede percibir la desesperación de los ciudadanos cuando preguntan por su siguiente vacuna y la respuesta generalizada es: Aún no llega.
El gobierno local ha hecho lo necesario para cubrir la demanda, y eso se agradece, pero de la federación, decíamos, hay marcada pasividad en cuanto a las estrategias para contrarrestar el avance de la pandemia.
En la unión americana, el gobierno le ha invertido al tema de las vacunas porque le duele que la gente muera, le preocupa que los ciudadanos se contagien.
Hasta donde sabemos, allá la vacuna es inmediata. Vaya, hasta los exámenes de Covid son gratuitos en algunas partes.
Aquí en México, el asunto pareciera importarle un soberano comino al gobierno.
Después de dos años de pandemia, ya debería haber instalado puestos de vacunación gratuitos en los establecimientos de mayor concurrencia de personas, como ocurre con la Influenza.
Algunos gobiernos han cerrado sus aeropuertos a la visita de turistas. Aquí en México nada de eso ha ocurrido.
La situación es crítica, pero no para el gobierno.
En el Centro de Salud se han agotado las fichas para los exámenes. Ya no están haciendo exámenes gratuitos desde hace una semana, y eso desespera a la gente.
En el IMSS sólo destinan 20 fichas diarias, en su mayoría para trabajadores.
Si la situación continúa así, la pandemia no se detendrá y los ciudadanos seguirán sufriendo las consecuencias.