“Son miles y no sólo están en México, hay cubanos que querían llegar con sus familias a Estados Unidos en Ecuador, Perú, Guatemala, Honduras, Nicaragua”, dijo Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia en Miami.
“Vendí mi casa y todos los artículos que tenía para hacer esta travesía”, afirma el cubano Alexander Iglesias y asegura con firmeza: “para Cuba no regreso”.
“Mi esposo logró pasar (hacia Estados Unidos). Al menos uno que se vaya, después buscaremos la forma de reunirnos”, señala por su parte Eliana Granado, otra cubana.
Los lamentos son de migrantes cubanos y son repetidos una y otra vez en Miami, considerada la meca del exilio cubano por televisoras locales desde el cruce fronterizo de México con Laredo, Texas.
El súbito fin de la política “pies secos, pies mojados” anunciado el jueves pasado por el presidente estadounidense Barack Obama y con ello los privilegios de inmigración que tenían los cubanos dejó en el limbo a miles de cubanos que se cree intentaban llegar en este momento a Estados Unidos.
Jorge Rodríguez, un médico cubano, dijo desde Colombia que al menos unos 600 colegas se encuentran varados en ese país sudamericano y aseguró que a Cuba “no regresamos porque seríamos perseguidos”.
“Me ha matado Obama, nos sentimos mal porque pasamos mucho trabajo para llegar hasta Panamá y estamos aquí y no tenemos nada, hemos perdido casa y todo lo que teníamos para esta travesía”, afirmó a su vez Marylin Valverde a uno de los canales de televisión locales.
“Son miles y no sólo están en México, hay cubanos que querían llegar con sus familias a Estados Unidos en Ecuador, Perú, Guatemala, Honduras, Nicaragua”, dijo Ramón Saúl Sánchez, líder del grupo de exiliados cubanos Movimiento Democracia en Miami.
Sánchez señaló que su organización ha recibido decenas de llamadas de familiares para preguntar qué va a pasar con sus seres queridos.
“Les decimos que en este momento las personas que entren a los Estados Unidos van a ser repatriados si no pueden probar que son opositores o que tiene razones de temor por su vida o de ser encarcelado”, apuntó el activista.
Ya se registró el primer caso de cinco cubanos que se entregaron a las autoridades estadounidenses en el puente internacional que enlaza a México, con Laredo, Texas.
Ellos dijeron que preferían arriesgarse y quedar detenidos por las autoridades migratorias que regresar a Cuba y funcionarios del Departamento de Seguridad Interior dijeron al diario que este grupo será tratado ahora como cualquier otro inmigrante que se presente en la frontera.
“Creo que tienen buenas oportunidades de conseguir el asilo si les han hecho daño o los han amenazado”, dijo Bryan Johnson, abogado migratorio, al diario.
La política de “pies secos-pies mojados” fue establecida en 1995 por decreto del gobierno de Bill Clinton tras la crisis de los balseros de 1994, originada luego de que la economía cubana se desplomó tras la caída del bloque comunista soviético.
La oleada migratoria de cubanos había aumentado en los últimos meses precisamente por el temor de que terminara la política de “pies secos-pies mojados”.
Y el número de cubanos inmigrantes se duplicó en dos años. Según datos oficiales en 2014 llegaron a Estados Unidos 23 mil 740 cubanos, en 2015 ingresaron 43 mil 159 y en 2016 arribaron 54 mil.