Aun así, cada reportero, desde su trinchera, levanta la voz para exponer la degradación institucional, la ineficiencia de las autoridades, la violación de los derechos humanos, la corrupción, la impunidad, la violencia. Y en el centro de su escritura están las víctimas, la necesidad de contar sus historias, la necesidad de no olvidar.
El presente libro constituye un alegato imprescindible y estremecedor que denuncia la devastadora situación del país y pone en evidencia que la tragedia nos concierne a todos. Sólo una sociedad civil vigorosa e informada logrará afrontar el horror y el caos. Sólo dando voz a la indignación, México podrá empezar a exorcizar sus fantasmas.
“¿Cuántas ‘mayores tragedias’ le esperan a México? ¿Cuántas más habrán de sumarse a las víctimas bajo tierra cuyos cuerpos ahora aparecen en todo el territorio nacional? ¿Cuántas fosas más quedan por encontrar? Del suelo de México y sus esqueletos enterrados estalla el dolor, la rabia de vivir en medio de tanta podredumbre”, escribe Elena Poniatowska en el prólogo.