En un giro inesperado, el presidente ruso Vladimir Putin se mostró dispuesto a dialogar con Donald Trump sobre la guerra en Ucrania y otros temas, una vez que el ex presidente de EE.UU. retome su cargo. Durante su intervención en el programa anual “Balance de 2024”, transmitido por la televisión rusa, Putin insistió en que Rusia busca una “paz duradera” y no simplemente un alto el fuego.
Putin afirmó que no negociaría con el gobierno de Volodymyr Zelensky, a quien considera “ilegítimo” por no convocar elecciones, y sugirió que sólo se sentaría a la mesa con una “autoridad legítima” ucraniana. En cambio, Moscú está dispuesto a tratar con el Parlamento ucraniano, encabezado por Ruslan Stefanchuk.
Sobre la guerra, el líder ruso dejó claro que la victoria es inevitable, pero evitó dar fechas. En cuanto a las condiciones para llegar a la paz, Putin subrayó que Ucrania debe aceptar “las realidades sobre el terreno”, incluyendo la renuncia a las cuatro regiones anexadas por Rusia, su salida de la OTAN y una reducción de su ejército. Además, rechazó el alto el fuego propuesto por Kiev y sostuvo que Rusia no quiere más que una paz “respetada y respaldada por garantías de seguridad”.
Putin también destacó los avances de su arsenal militar, mencionando con orgullo el misil hipersónico Oreshnik, e invitó a Estados Unidos y la OTAN a probar su capacidad de interceptación en un desafío directo.
En cuanto a Siria, Putin se mostró satisfecho con los resultados de la intervención rusa, que logró evitar la creación de un califato islámico y estabilizó el régimen de Bashar Al Assad. Sin embargo, reconoció que las bases militares rusas en Siria enfrentan incertidumbre tras el colapso del régimen.
El presidente ruso concluyó su intervención diciendo que, en sus 24 años en el poder, ha logrado salvar a Rusia de la “destrucción” y reafirmó su visión de un país soberano, independiente y en control de su destino.