Palabras de Claudia Sheinbaum en el IV Congreso Extraordinario Nacional de MORENA

Me siento sumamente orgullosa de abrir este Congreso de Morena, en este momento histórico de nuestra Nación. Estamos a las puertas de una nueva era, la del renacimiento de México hacia la prosperidad y la paz construida con justica.

La historia de cada uno de nosotros es distinta, pero junto con millones de mexicanos: empresarios, intelectuales, trabajadores, comerciantes, maestros, estudiantes, adultos y jóvenes nos une el anhelo de un país más justo, con paz y con esperanza.

Permítanme recordar que hoy 20 de noviembre de 2017, celebramos en todo el país el inicio de la Revolución Mexicana, hace 107 años. Francisco I Madero, un gran demócrata, en el Plan de San Luis, hace un llamado al levantamiento del pueblo de México por el sufragio efectivo y la No Reelección.

El Plan de San Luis dice… “ la paz que se nos ofrece no tiene como base el derecho sino la fuerza, porque no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la patria, sino enriquecer a un pequeño grupo que, abusando de su influencia ha convertido los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulo todas las concesiones y contratos lucrativos”….

Parece mentira que vivamos situaciones similares. No en vano, hace unos años, Andrés Manuel López Obrador nos ofreció una reflexión en su libro Neoporfirismo Hoy como Ayer. La gran diferencia es que hoy nuestro movimiento llama a la transformación pacífica y por la vía electoral de este régimen de corrupción y voracidad de unos cuantos.

Que nadie se confunda. La democracia, la paz y la justicia son nuestra bandera. El autoritarismo no solo no está en nosotros, sino que es parte de lo que queremos eliminar en nuestro país. Este movimiento busca que el desarrollo económico alcance a todos y a todas, que la desigualdad disminuya, que se respeten los derechos humanos y que se construya una nueva historia en donde la corrupción, la impunidad y la injustica sean parte del pasado, dirigiendo los destinos de la Nación con responsabilidad y democracia. Para mí esa es la esencia del proyecto de Nación que hoy se presenta.

Es por esto que Morena está hoy en la preferencia electoral en nuestro país. Porque el hartazgo frente a la corrupción y la violencia a la que han sumido nuestro país es muy grande y porque hay un liderazgo incansable que representa hoy el anhelo del pueblo de México.

Andrés Manuel López Obrador es un referente ético y moral en nuestro país, en medio de una crisis de valores provocada por un sistema sumido en la corrupción y en la impunidad. Hoy nos sumamos y nos sumaremos más en esta tarea histórica del pueblo de México por recuperar nuestro rumbo como Nación.

Hoy toca construir un gran movimiento de transformación que nos lleve en el 2018 a alcanzar el anhelo de una vida digna y la felicidad para todos y para todas.

Morena es un instrumento que busca la transformación de nuestra realidad, que tiene normas democráticas que debemos cuidar. La Ciudad y el país nos lo demandan. Morena se construyó y se sigue construyendo como una organización distinta. Aquí se hace política de frente y de cara a la ciudadanía. Por eso lo único que le queda a nuestros adversarios es la compra de votos y de opinión, el infundio y la calumnia. No, no somos como ellos. Nuestros principios son el de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.

Nuestra labor se sustenta en la conquista honesta de voluntades para un proyecto. En la acción pacífica y electoral construimos patria, frente a la destrucción a la que nos ha llevado un régimen que ya no puede seguir dirigiendo los destinos de la Nación.

Nos toca también, desde la capital de la República Mexicana, organizar esta transformación y construir un proyecto de Ciudad con innovación, sustentabilidad, igualdad, honestidad, rendición de cuentas y cercanía con los ciudadanos.

Desafortunadamente, regresó a la Ciudad la inseguridad, la corrupción, la violencia política, la ilegalidad disfrazada de mayoría. Las cúpulas de los partidos que hoy gobiernan, se unen pero no contra Morena, sino contra la ciudadanía. Al igual que en el país, es el privilegio de un grupo frente al derecho de millones de mexicanos al renacimiento de la Ciudad.

Lo que queremos quienes vivimos en esta gran Ciudad es seguridad, movilidad, espacios públicos, empleo, salud, educación, vivienda digna, aire limpio, protección de nuestros recursos naturales, respeto a los derechos humanos, democracia, libertad de expresión y de encuentro.

No puedo dejar de mencionar el grave problema que enfrentan miles de habitantes de la Ciudad después del sismo ocurrido el 19 de septiembre. La Ciudad demanda una reconstrucción basada en el derecho a la vivienda y a la seguridad en todo el sentido de la palabra. No estamos de acuerdo en que la salida que ofrezcan el gobierno federal y local para aquellos que perdieron su vivienda sea una deuda. De damnificado a deudor de la banca. Hay recursos para garantizar el derecho a una vivienda digna.

Asumo la tarea de coordinar a Morena en nuestra Ciudad, con gran responsabilidad y con orgullo de pertenecer a este gran movimiento. La Ciudad tiene futuro y lo vamos a construir convocando a los mejores hombres y mujeres, con honestidad, trabajo, conocimiento, innovación y esperanza.

Como lo dicen los principios de Morena, el cambio verdadero del país y del lugar donde vivimos, comienza por cambiar la forma tradicional de intervenir en los asuntos públicos. La política es un asunto de todos y de todas. Lo he dicho en otras ocasiones: como mujer, como científica, hago política y concibo la política como una vocación de servicio, no de servirse, como un trabajo en favor de la colectividad.

Un encargo público es la oportunidad de hacer un gobierno honesto y abierto, poniendo los recursos públicos al servicio de la gente, respetando los derechos humanos, con honradez y valor frente a la adversidad que vive nuestro pueblo.

La maestra Delfina nos mostró de qué estamos hechas las mujeres. No nos vence la calumnia y el injurio. Al contrario, nos hace más fuertes. Defendemos nuestros principios y nuestra lucha con coraje pero con amor y decisión.

Quisiera terminar esta intervención, convocando a todas y todos los presentes a hacer un ejercicio. Guardemos silencio y cerremos por un momento los ojos.

Imaginemos un país sin corrupción, donde no haya violencia, en paz construida con justica, donde todos los jóvenes tengan acceso a la educación a la cultura y al empleo, donde todos los mayores tengan una pensión alimentaria, donde renazca el campo y se restauren y protejan los bosques y los recursos naturales, con mejores salarios, con distribución de la riqueza, donde no existan los fraudes electorales y seamos ejemplo de honestidad y crecimiento para el mundo entero. Imaginemos ahora una ciudad innovadora, igualitaria, segura, limpia, honesta.

Abramos los ojos. Eso amigos, amigas, compañeros, compañeros es la Esperanza.

Hoy nos toca salir a convencer voluntades y corazones, salgamos a convencer casa por casa de que es posible un mejor destino, que somos millones que podemos vencer el fraude y la compra del voto.

En la esperanza no solo somos distintos porque tenemos estos ideales, somos distintos porque nosotros trabajamos en cuerpo y alma, por hacer realidad esos ideales.

La tarea es grande, pero como dice nuestro dirigente, no hay mayor felicidad que saber que estamos haciendo lo que nos demanda la historia por cumplir la prosperidad de este gran pueblo al que tenemos el orgullo de pertenecer.

Viva Andrés Manuel López Obrador

Viva Morena la esperanza de México

Viva la Ciudad de México

Viva México

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