Algunos se atreven a denostar a México y llamarlo “país roto”; aquí nos recuperamos de la crisis económica y sanitaria, en España van en picada.
El débil sistema de salud y el mal manejo de la pandemia tienen a España postrado ante el Covid-19. Sólo cifras negras pueden presentar sus autoridades, que esperan más defunciones y la agudización de la crisis economía al cierre del 2020.
Las cifras oficiales dicen que se han infectado 1.5 millones de españoles de Covid-19, pero el presidente del gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, reconoció que el número real va «más allá de los tres millones»; y peor aún, los menos conservadores aseguran que son cerca de 5 millones de habitantes.
Expertos del ministerio de salud comentan que sólo se han realizado pruebas a una población del 50 o 60 por ciento. De ser así, estaríamos hablando de que el número real de infecciones en España es de al menos 3.5 millones.
Muchos las llaman irresponsables, otros insensibles, algunos más las defienden, pero desde abril las autoridades empezaron a levantar las restricciones; se permitión que al menos 6.3 millones de niños salieran a las calles, y lo inevitable llegó: el rebote de la infección golpeó con fuerza a España.
“No sé cuándo me contagié”
“No sé cuándo me contagié… mis síntomas comenzaron el 8 de marzo, lo que me hace deducir que en la semana previa. Pasé consulta con normalidad las semanas previas. En aquel momento en España se negaba la transmisión comunitaria. Incluso para los servicios sanitarios con atención directa a los pacientes sólo se consideraba sospechoso si había habido contacto estrecho con un caso confirmado… Uno de los errores más claros, pasado el tiempo, fue negar la transmisión comunitaria cuando estaba ocurriendo”. Este es uno de tantos relatos de personas contagiadas.
Errores en el protocolo han causado graves problemas, tragedias que se convierten en historias de muerte.
Miguel Hernán, profesor de epidemiología de la Universidad de Harvard, asevera que lo que hemos visto en España es simplemente una desescalada apresurada sin hacer la tarea.
El gobierno español nunca tuvo indicadores epidemiológicos transparentes, nunca se coordinaron los especialistas en epidemiologia y economía, por eso no diseñaron medidas concretas para el plan de desescalamiento; la actividad económica, por lo tanto, hoy están en una crisis económica profunda, dijo.
España, el tercer país con más muertos
Aunque Estados Unidos, India y Brasil son los tres países con más fallecidos en términos absolutos, la comparación entre las muertes de países con más de un millón de habitantes en relación con su población revela que Bélgica es el que presenta una tasa de mortalidad más elevada, con 132.91 decesos por cada 100 mil habitantes; seguido de Perú con 110.4 fallecidos, y España tercero, con 90.37.
En el noveno puesto se encuentra México, con 77.87 muertos por cada 100 mil residentes.
Colapso hospitalario
A pesar del impactante colapso del sistema hospitalario público de Madrid, y con un 50 por ciento más de muertes que la región más poblada de Cataluña, la capital ahora está viendo casos duplicados semana tras semana con esta nueva ola.
Los organismos internacionales o publicaciones especializadas, como The Lancet o la Universidad Johns Hopkins, sitúan a España entre los países que peor han gestionado la crisis de la pandemia, a pesar de contar con un sistema de salud pública universal y gratuito, incluso con profesionales bien preparados.
España estaba convencida de que su Sistema Nacional de Salud era fuerte, eficiente y de excelente calidad.
Además, informes internacionales lo situaban entre los 10 mejores del mundo. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 puso en evidencia las profundas carencias acumuladas, sobre todo por los recortes causados por la crisis económica de 2008, la precarización de los salarios y los contratos del personal sanitario, ahora convertidos en héroes anónimos.
En plena pandemia pueden verse largas filas en cualquier área de atención pública en un hospital. También es común ver el nerviosismo y el cansancio en los profesionales de la salud frente a la desesperación de pacientes y familiares que sufren con impotencia su situación.
El problema se agrava sobre todo en los centros de atención primaria, donde resulta prácticamente imposible conseguir una cita antes de dos o tres meses; además, el agotamiento de sus trabajadores se traduce en frustración y en datos globales que confirman que algo ha fallado.
Por otra parte, Miguel Rorta, profesor de epidemiologia, comentó que los servicios de salud funcionan como si aún estuvieran en el siglo XIX; el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias es un departamento del Ministerio de Salud con menos de una decena de trabajadores que se encuentran abrumados en esta crisis.
El Covid-19 arrasa con los asilos de ancianos
“Bueno, la situación en Madrid pues la voy a resumir. Es absolutamente dramática, los políticos son incapaces de ver o no quieren ver lo que está ocurriendo, hay una brutalidad de pacientes por enfermera y por médico.
“No hay material, no hay espacio, no hay respiradores; verán, a mucha gente, a muchos pacientes se les tiene que sedar y cogerles de la manita; la familia no puede estar a su lado, no puede estar con ellos ayudándoles a morir para liberar respiradores para la gente menor de 65 años.”
Lo anterior es tan sólo uno de los muchos relatos que muestran la dramática situación de los asilos de ancianos, en donde han muerto más de 50 por ciento de los españoles a causa de la pandemia.
BBC News dice que “son los más débiles, los más vulnerables, los más indefensos. Y en España, el coronavirus se está cebando especialmente con ellos.
“Algunos en condiciones absolutamente aterradoras, como esos ancianos cuyos cadáveres completamente abandonados, yaciendo desatendidos en las camas de varios centros de mayores, fueron encontrados… por miembros de la Unidad Militar de Emergencias cuando acudieron a desinfectar esas instalaciones”.
Lo anterior demuestra la estrategia fallida de las autoridades, que teniendo grandes poblaciones prácticamente aisladas en los asilos, no pudieron evitar los contagios.
De la pandemia a la ruina económica
Mientras que datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ubican a México como el sexto país con la mayor recuperación económica en el tercer trimestre del año, el gobierno de España pronostica una contracción de la economía más profunda de lo que se temía hacia finales de 2020.
España es particularmente vulnerable a la pandemia debido a su mayor concentración de pequeñas empresas, muchas de las cuales no tienen la fortaleza financiera para hacer frente ni siquiera a una interrupción a corto plazo. Sus privatizaciones han llevado al país a una crisis.
Recientemente, Xinhua Ricardo Ibarra, director de Plataforma de Infancia, la Coalición Española por los Derechos del Niño, dijo que la pandemia de coronavirus puede agrandar las desigualdades entre los niños en España. La falta de recursos afecta la educación de los más desfavorecidos y como resultado algunos de ellos pueden abandonar sus estudios, aseveró.
Además, el 44 por ciento de las familias del país viven con bajos ingresos; muchos no tienen acceso a una computadora.
Violaciones a los derechos laborales
Las quejas de los trabajadores no se han hecho esperar, ya que algunos gobiernos locales han decidido limitar de forma drástica los derechos laborales como los descansos, las vacaciones y la movilidad de los empleados sanitarios públicos.
Por ello hay multitud de protestas. La gente se queja porque siente que se han cuidado de forma notable durante la primera ola de la pandemia, pero en la amenazante segunda ola, en vez de recibir mensajes de aprobación y reconocimiento y el cuidado del sistema, son maltratados, amenazados y castigados con toques de queda.
Exasperación y hartazgo
Con piedras y palos han salido a las calles miles de españoles para protestar contra las medidas de confinamiento, ejemplo del creciente cansancio y exasperación de la población en un país que impone cada vez más restricciones para combatir la segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Letal, mortífero, silencioso, así llegó el Covid-19. Ahora se instaló en todo el mundo y el futuro es incierto.
A pesar de los esfuerzos globales e individuales, algunos aprovechan para denostar a México.
¿Cómo se atreven a llamarnos rotos, con las cifras negras que tienen en su país?