En una hora y media se selló el destino del país durante dos sexenios. En 2006 –y en una reunión que define el concepto de “acuerdo cupular y en lo oscurito”– Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto pactaron el apoyo del PRI mexiquense al panista en las elecciones presidenciales que estaban por venir, y el respaldo del michoacano al entonces gobernador del Estado de México para los comicios de 2012. En el libro El Amasiato, el reportero Álvaro Delgado detalla todo lo relacionado con esa alianza, que abrió la puerta a una guerra y a una nueva era de corrupción y opacidad.
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