Ante la presencia de los uniformados, los comerciantes y los integrantes de la CNTE decidieron retirar el campamento, sin oponer resistencia, y solo dejaron unas 20 casas de campaña vacías en el kiosko y las jardineras, que luego fueron retiradas por personal de limpieza.
Tras el desalojo, los comerciantes que apoyan a la CNTE se reunieron frente al Palacio de Gobierno y al grito de “¡venceremos!” incendiaron palos y algunas mantas.
Isabel García, vocera de la sección 22, emitió un comunicado en el que acusó al gobernador Gabino Cué, y al presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, Javier Villacaña, de la acción a la que calificó de “represiva”.
El Gobierno del estado informó que el operativo duró una hora y que se retiraron 150 puestos ambulantes y una veintena de tiendas de campaña; luego del desalojo, 70 trabajadores del Ayuntamiento de Oaxaca limpiaron la zona.
En la operación, según el reporte oficial, se utilizaron 40 mil litros de agua, un trascabo y 9 vehículos recolectores de basura.
El gobierno de la capital de Oaxaca anunció que el Zócalo y la Alameda quedarán bajo resguardo de agentes que impedirán que maestros y ambulantes vuelvan a ocupar estos espacios, a fin de que puedan celebrarse las fiestas patrias.
Desde el 15 de mayo, integrantes de la Sección 22 instalaron un plantón como parte de sus acciones contra la Reforma Educativa.