Vestirse de amarillo para que no falte el dinero, sacar maletas para viajar todo el año y ropa interior roja para tener suerte en el amor son algunas de las cosas que en fin de año muchos acostumbran hacer. Hay una expectativa también de este año que está por comenzar como si el hecho de un año nuevo tuviera algo místico o algo mágico de que las cosas se solucionaran, que los propósitos del año pasado que no se cumplieron ahora si se convertirán en realidad, que este año por venir nos sorprenderá; todas estas son cosas que escuchamos o que hacemos. Pero lo cierto es que hay días malos y días buenos, años en que nos pasan cosas increíbles que nos traen felicidad y años tristes ya sea por la pérdida de un ser querido, la escasez económica o relaciones que terminan, pero esto no es porque determinado año fue de mala o buena suerte.
Nuestra vida, a lo largo de nuestro caminar en esta tierra estará llena de momentos tristes y momentos de felicidad, habrá tiempos de reír y tiempos de llorar.
Así también no es que color uses para tener dinero sino el esfuerzo, la preparación y diligencia con la que conduzcas tu vida.
No es tener suerte en el amor, llegara la persona indicada en el tiempo que tenga que ser. Las amistades también serán conforme aprendamos a amar y perdonar y saber ser amigo.
No nos afanemos por lo que nos traerá el futuro, cada día traerá su propio afán. No busquemos solo el crecimiento económico, ¿que si este es nuestro ultimo día de vida?
Que este 2017 nuestro anhelo sea pedir a Dios
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. Salmo 90:12