El presidente ruso, Vladímir Putin, condecoró este jueves a los medallistas olímpicos en Río de Janeiro, donde Rusia quedó en cuarto lugar en el medallero con 56 preseas (19 oros, 18 platas y 19 bronces), y les regaló un BMW a cada uno.
“A pesar de que tuvieron que experimentar duras pruebas, mostraron una gran maestría, una gran capacidad de lucha y confirmaron el sólido lugar de Rusia en el mundo del deporte”, dijo Putin
Putin, un gran aficionado al judo, entregó la Orden de Honor a los campeones olímpicos en gimnasia artística (Margarita Mamun), lucha grecorromana (Román Vlasov ya fue oro en Londres), esgrima (Jana Egorián fue oro en individual y por equipos) y natación sincronizada.
El Orden a la Amistad fue otorgada a otros campeones olímpicos en judo, gimnasia, esgrima (sable), lucha libre y natación sincronizada.
“En vísperas de la competición, al equipo le excluyeron un tercio de sus miembros. Se les privó de participar en aquellas disciplinas en las que Rusia es tradicionalmente favorita. Con todo, no se rindieron, lucharon y ganaron”, agregó.
Los medallistas de plata y bronce recibieron de manos del ministro de Deportes, Vitali Mutkó, la Orden al Mérito de primera y segunda categoría, respectivamente. Seguidamente, Putin brindó con champán en el Palacio del Kremlin con los medallistas, que le trajeron por su parte una antorcha olímpica. Además, los medallistas recibieron dinero y un coche como regalo: un BMW X6 de color blanco adornado con la simbología olímpica.
Los BMW, que estaban esperando a sus nuevos dueños en la mismísima Plaza Roja junto a los muros del Kremlin, sustituyen a los Audi y Mercedes, los modelos que recibieron en anteriores ocasiones los medallistas rusos (Londres 2012 y Sochi 2014).
Debido a la exclusión por connivencia con el dopaje de sus respectivas federaciones de los equipos de atletismo y halterofilia, además de casi todos los remeros, sólo 286 deportistas rusos viajaron a Río.
Putin se mostró indignado con la exclusión del equipo paralímpico ruso de los Juegos de Río de Janeiro por las acusaciones de dopaje de Estado.
“La decisión de descalificar a nuestros paralímpicos está al margen del derecho y de la moral. Es un acto de cinismo vengarse y canalizar el odio contra aquellos para los que el deporte es el sentido de sus vidas”, dijo Putin en el Kremlin.
Adelantó que, además de apoyar a esos deportistas, Rusia organizará competiciones especiales para ellos, cuyos premios serán comparables a los que recibirían si ganaran una medalla en los Juegos de Río, que comienzan el 7 de septiembre.
”Sin lugar a dudas, las estructuras antidopaje internacionales necesitan perfeccionar su funcionamiento para librarse de las presiones de parte de los políticos. ¿Qué son, estructuras militares? Deben ser absolutamente transparentes”, señaló.
Prometió hacer lo mismo con las agencias antidopaje rusas, aunque advirtió que el Kremlin no aceptará “ninguna acusación contra sus atletas, si no viene acompañada de pruebas y hechos, muy al contrario, las interpretaremos como manipulaciones”.